Nunca me detuve en el análisis de vivir con capacidades distintas. Mucho menos, en pensar cuan accesible era el mundo para estas personas. De la mano de mi hijo, de cuatro años, comencé un camino lleno de lecciones, de alegrías y otras veces desencantos. Venciendo prejuicios y aplastando paradigmas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Puntas de colores







Con admiración y curiosidad he seguido, una de las actividades “místicas” de mi hijo. La cuidadosa recolección y cuido de las puntas de los creyones que inexorablemente terminan rompiéndose, cuando les saca punta o se caen al piso.
La rigurosidad con la que preserva esas puntas y las coloca en el envase de su personaje favorito (por ahora, el hombre araña) me deja intrigado. He intentado obtener información, sin recibir una explicación, más allá de una causa lúdica. Mi pequeño no reconoce los colores en los creyones, mucho menos, podría identificar las puntas. ¿Entonces, cual será el objetivo?
No me queda otra cosa que seguir observando y deleitarme, al ver sus deditos intentando atrapar las puntas y dejándolas en el recipiente. El mundo del color para un niño con capacidades visuales distintas, tiene otra dimensión otro concepto y otra forma de apreciarlo. Me dejaré guiar por ese maravilloso mundo visual de mi hijo.

jueves, 29 de abril de 2010

Descubriendo imágenes


Su mirada se detuvo. Se congeló todo alrededor. Solo la imagen y Cristóbal eran los protagonistas…

Las pequeñas e inteligentes manos me ayudaban a sacar, de la gran caja, el aparato que acompañaría a mi hijo por maravillosos viajes. Mi valoración del habilitador, en cuestión, era relacionado a las actividades escolares y culturales.

Un circuito cerrado de TV ó amplificador de imágenes, permite que personas con discapacidades visuales, de cualquier edad, puedan tener acceso a la lectura, así como, actividades manuales y escritura. En la actualidad, mi pequeño ha logrado escribir letras de tamaños regulares e inclusive actividades de dibujo y pintura. Antes de llegar el aparato, Cristóbal tenía que aceptar pasivamente el placer de la lectura. En la actualidad, trae semanalmente libros de la biblioteca de su colegio y repasa la lectura y las imágenes, que de otra forma, se negarían a ser reveladas.

…No olvidaré nunca su cara cuando vio por primera vez, en muchos años, la cara de su juguete favorito. Pudo conocer al hombre araña y comprobó que la imagen que por más de media hora vio, era lo que tantas veces sus deditos le habían descrito.

Por supuesto, a partir de aquí, entendí que los habilitadores para personas con capacidades diferentes, deben permitir el simple gozo de acceder. Simplemente.